Las empresas tecnológicas que forman parte de la amplia denominación de start-ups son de muy variada naturaleza: desde grandes corporaciones que manejan presupuestos millonarios hasta pequeños proyectos unipersonales que quieren influir directamente en su entorno geográfico.
Esta variedad de naturalezas y perfiles comerciales hace que hablar de manera general de este tipo de empresas sea un error, ya que bajo ese mismo paraguas se incluyen proyectos muy diferentes entre sí, tal y como recuerdan desde Delvy, un despacho de abogados startups barcelona que ofrece seguridad jurídica a estos empresarios.
Sin embargo, desde la firma, con sedes también en ciudades como Madrid, Málaga, Andorra y Ciudad de México, sí que advierten un cambio de tendencia en las empresas tecnológicas españolas.
Este es un pronóstico que coincide con el de la prensa económica: desde la pandemia de la Covid-19, la mayoría de profesionales se orienta hacia la sostenibilidad y la rentabilidad a largo plazo en lugar de simplemente alcanzar una valoración astronómica, detalla la periodista especializada Noelia García.
El concepto de la start-up boutique
Asociadas a conceptos como invocación, avances de futuro, internet y productos digitales, la mayor parte de la sociedad piensa en las start-ups como empresas situadas en grandes edificios modernos, con plantillas que superan los centenares de empleados y presupuestos millonarios en cada ejercicio fiscal.
Sin embargo, los datos demuestran que esta tipología de empresas ha mutado hacia proyectos mucho más pequeños y sostenibles: en el último año y medio, España no ha registrado la creación de ninguna empresa valorada en 1000 millones de euros o más.
Tal y como vaticinan quienes trabajan cada día con profesionales de este ámbito, esta es una tendencia que continuará en la próxima década. Tras la explosión de los grandes presupuestos y la quema constante de capital, ahora los gurús de la tecnología buscan obtener rentabilidad y asegurar su puesto en el mercado, aunque esto implique prosperar menos o en un plazo de tiempo más largo.
También coinciden en este análisis desde Delvy, ya que quien busca ahora un gestor laboral barcelona tiene muy claro que no se va a meter en préstamos millonarios, que no va a adquirir edificios de oficinas enormes y que va a trabajar con una plantilla mucho más reducida, teniendo objetivos ambiciosos, pero realistas y ajustados a un crecimiento muy controlado.
Este perfil responde a lo que los expertos en asesoría llaman como start-up boutique, que se caracteriza por ofrecer un producto personalizado, para un público muy seleccionado y que obtiene ganancias y rentabilidad no queriendo copar el mercado general, sino dando respuestas a un perfil concreto de clientes.
Una estrategia de crecimiento mucho más pensada
Lo que se desprende de este cambio de tendencia es que los empresarios españoles de las start-ups del momento trabajan con una estrategia de crecimiento mucho más pensada.
Desde Delvy aseguran que el trabajo de asesoría y acompañamiento que hacen tanto en las etapas de expansión como de crecimiento de estas empresas ha cambiado muchísimo. Antes había prisa por crecer a toda costa, ahora el empresario quiere dialogar con el entorno, dar cada paso necesario y sobre todo asegurar que cada avance será permanente.
De esta manera, España se abre a un periodo empresarial en el que más profesionales tendrán la oportunidad de generar proyectos propios que pongan al país como uno de los referentes europeos en los principales sectores de la economía.
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